Ahora una amiga de Cippolletti ¡María del Carmen!
Después de varias poesías, te invito que vayamos a la narrativa. Podemos gustar de un género u otro, pero lo que no podemos dejar de apreciar es que nos ofrecen contenidos distintos, pero ambas formas son expresiones literarias y cada autor, pone lo mejor de sí en cada creación. ¿Comenzamos con...?
¡María del carmen carreño!
( de Cipolletti.- Río Negro- Argentina)
María, llegó a Río Colorado en abril del año 2004, al Encuentro de Escritores “Mirando al Sur” que como años anteriores, allá se realiza. María del Carmen, viajó con todas las expectativas por lo que podía encontrar. Ávida de conocimientos y de nuevas experiencias, se brindó con simpatía y cordialidad y no salió defraudada. Los grandes amigos, escritores organizadores de ese evento, hicieron todo lo que les fue posible hacer para que regresáramos a nuestros hogares pero, deseando volver. Como escritores que pretendemos ser, no dejamos de comunicarnos e intercambiar material literario que, sabemos, nos enriquece y los hacemos precisamente por ese motivo..
A consideración de los lectores de “El Timonel Virtual”..:
LUNES DE OFICINA 4-
-¡Gerardoooo!!! ¡Gerardo!-
Se oyó como un alarido por el pasillo.
-¡Gerardooooo!- sonó con insistencia y con el último tono de voz dejó entrever su autoridad antojadiza y caprichosa.
Gerardo que trataba de dejar sus pensamientos colgados en la memoria, de tal manera que luego de satisfacer la urgencia de su jefa, pudiera volver a retomarlos y seguir disfrutándolos.
Esa playa imaginaria distante de todo lugar, desconocida para todos, menos para él, era el espacio perfecto para poder descansar, disfrutar y dejar en libertad todos sus anhelos y antojos.
De pronto oyó un...¡Gerardo!!!
Entonces, ya con prisa, comenzó a caminar rumbo a la puerta de la oficina.
Ella, impaciente y voraz, no podía esperar, entonces emprendió el camino contrario, dejando que sus tacos retumben a lo largo del pasillo.
De pronto, el flacuchento muchachito siente un fuerte pisotón y se encuentra con la cara de su jefa, enrojecida por la ira que la contenía.
-¿Qué es esto, Gerardo?- sus ojos parecían más rojos que su vestido. Apenas trataba de elaborar una respuesta coherente que satisfaga su ansiedad, ya estaba ella preguntando nuevamente.
-¿Acaso no me oyes, Gerardo?-
-Pero...¡cuidado! ¿te has vuelto torpe también?- Y en ese preciso instante, Gerardo ve como vuelan por el aire los cientos de hojas que conformaban aquél bendito expediente.
-Disculpe..., Señorita..., yo..., yo...-
Y sin darle tiempo volvió a batallar con preguntas.
-¿Quién trajo esto? ¿Quién es ese tal....Oscar Bustos, Presidente de..., no sé qué de Medio Ambiente?-
-¡Vamos, Gerardo, por favor junte también la hoja ésa que se deslizó debajo del asiento!-
¿Cómo podía ella haber visto dónde había ido a parar esa hoja, si no había dejado de hablar un solo instante? Pensaba Gerardo.
En un movimiento ágil y suave, propio de la juventud, alcanzó la bienaventurada hoja que había quedado atrapada en una de las patas del sillón.
Sorprendido por tanta elocuencia y pregunta junta a la vez, Gerardo trató de explicar los motivos que llevaron a que ése expediente estuviera allí en su escritorio.
Sin dejarlo terminar su discurso, por supuesto, volvió a la carga con las preguntas y órdenes.
-¿Es que no viste quién lo dejó?-
-Gerardo, quiero que ordenes la documentación, le hagas una copia nueva y envíes al Secretario General del Ministerio con una nota.- y siguió- ¡Todo tiene que llegar en menos de veinte minutos! Porque si ese tal Bustos, es quien yo pienso que es, hay que ganarle de mano y accionar pronto. No dejemos espacios los cuales él pueda aprovechar y cargarnos de alguna cosa nueva.
-¿Esto es urgente!- Seguía diciendo, mientras se alejaba por el pasillo dejando boquiabierto a este despojo de ser humano, que cada día soportaba menos sus arranques de histeria.
-¡Uff!- suspiró- ¡por fin se fue! ¡No se olvidó de nada y solo estuvo cinco minutos!-
Nuevamente entra en su letargo matinal, pero ya no logró contactarse con sus pensamientos anteriores. Creo que asustados por esa voz fría y sin sentimientos, se escondieron en algún recóndito lugar de la memoria, donde ni siquiera Gerardo los pudiera encontrar.
Se quejó. Se sentía castigado, hostigado y poco útil. Este tipo de situaciones eran muy frecuentes cada vez que llegaba un expediente que “quema las manos”. Pero, aún así, no podía acostumbrarse a ese trato. Pensó qué podía hacer para cambiar esto. A dónde iría si no trabajaba allí. Tal vez..., podría encarar algún emprendimiento con unos poquitos ahorros que tenía, pero..., creía que aún no estaba preparado para hacerlo.
Pensó en el día soleado que otros disfrutaban mientras él y unos cuántos más, solo podían imaginar el sol calentado sus cabezas y dorando su piel.
-¡Gerardo! ¡Viejo! ¿dónde estabas?- nuevamente lo sacaron de su interior, pero esta vez la voz era amigable y familiar.
-¿Ya fuiste a Recursos Humanos? ¿Aún no estás enterado?-
Gerardo pensó que todos estaban confabulados en su contra. ¡Qué lunes! Quisiera haber estado a miles de kilómetros, sin papeles, sin presiones, sin nadie que esté permanentemente sacándolo de su interior.
-Tal vez, podría escribir o..., ¡Perdón Ale! ¿Vos querías decirme algo?-
Alejandro, que no salía de su asombro, solo atinó a abrir cada vez más grandes sus ojos. Y..., titubeando dijo: - El Jefe del Departamento de Recursos Humanos nos acaba de confirmar que este mes estará el aumento que solicitamos para compensar al menos en un 75% de lo que el anterior gobierno nos confiscó. Y siguió diciendo con un poco más de entusiasmo: -¿No es fabuloso?
Casi sin respiro, Gerardo asintió con la cabeza en señal de aceptación más que de sorpresa o alegría.
-¿Qué te pasa, viejo? Insistió Alejandro.- ¿Acaso otra vez ese monstruo furioso usó su daga en tu contra?
Practicando una sonrisa de paz y acariciando el pequeño cartoncito en su bolsillo derecho, Gerardo respondió: -Y sí..., algo de eso hay..., pero ya pasó.-
Ya estaba terminando con su trabajo y al acercarse a su computadora escucha en la radio un número cantado por los chicos de la lotería que decía: -¡Catorce mil quinientos treeeece!- y otro que respondía: -¡Ciiinco millones de peeesossss!- Gerardo escuchó con atención lo que el periodista muy entusiasmado decía: -¡Acaba de salir sorteado el premio mayor de la Lotería de Río Negro!-
En ese preciso instante llega el monstruo vestido de rojo, reclamando el trabajo terminado. Sin embargo Gerardo con mucha tranquilidad juntó todo y se lo entregó diciendo:
-Por favor, señorita, tome usted el expediente y siga con el trabajo.-
Así se alejaba de ese lugar, tal vez, buscando aquella playa de no sé dónde, para dejar en libertad todos sus anhelos y antojos..., al menos por ahora.-
.......... María del Carmen Carreño.-
Pollerita rosa
POLLERITA ROSA.-
-¡Qué quieren de ti en esta noche negra
pollerita rosa de paso apurado?
La luna asustada en silencio reza
suplicando al cielo dolor mesurado.
Con tiempo no cuentas y espacio tan poco
tan sólo recuerdos te dejan llevar.
Pollerita rosa qué harás tan lejos
corazón destrozado, tan sola, sin mar?
Y curiosos los Andes te esperan llegar
con un nudo en el pecho apretando el dolor,
tendidas las manos cual puente será
un oasis verde furioso de amor.
Tu plancha de vida intenta azaroza
borrar con esmero las marcas que llevas,
sin tener en cuenta pollerita rosa
que esos pliegues son los que al cielo te elevan.
Y quiso el hombre como tantas otras
echarte al olvido doblada en dolor
caminando mundos, lijando costras
la tristeza anula, es más fuerte el amor.
Pollerita rosa que tanto luchaste
tu perfume fresco el tiempo guardó
y ahora que los recuerdos libraste
el amor a las penas por siempre olvidó.
........................................María Carreño
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