Dos amigos escritores, se fueron allá...¡Tan lejos!
Cuando los amigos se van....
En el año 2005, tuvimos que lamentar dos ausencias: Elsa Neda Sánchez y Julio Sodero.
Elsa Neda Sánchez de sanza, estaba radicada en Zárate, Provincia de Buenos Aires. Pero por ser la mamá de Elisabet Sanza, estaba periódicamente en Sierra Grande. Escritora también ella, participó de nuestros encuentros literarios, de los talleres y de nuestra amistad. Se insertaba sin problemas en nuestras actividades y lo hizo siempre con entusiasmo y alegría.
Poco antes de morir, obtuvo un reconocimiento por su labor en las letras y fue premiada. Gran y merecida satisfacción. Pero nos conmueve la otra faceta, la del ser humano que brindó su sonrisa, su esencia plena de bondad, en cada una de sus visitas a nuestra localidad.
Para todos los que conocemos el valor de la palabra escrita, sabemos que trasciende más allá de la existencia física de las personas.
Neda, presintió o imaginó su futuro, como parte inmaterial de éste, nuestro paisaje de mar y playas. Este trabajo suyo escrito dos años antes de su partida, da testimonio de ello.
PARA LOS QUE NUNCA ME OLVIDARÁN
Por eso quiero que mis cenizas vuelen al mar,
ese mar que amo tanto,
en Sierra Grande, Playas Doradas, al sur de mi Argentina.
Sé que seré espuma que rompe en las rocas,
sé que seré gaviotas volando sobre las olas,
que sus alas tocarán las aguas salando sus gargantas
y el chillido y cuchicheo de ellas
alegrarán las calladas playas y será mi regocijo.
Estaré mirando el mar, horas y horas, escuchando el rugido,
En noches cuando estuviese furioso, incontrolable.
Estaré extasiada en los días calmos, soleados,
estaré en cada granito de arena, caminaré despacio,
contaré los pasos, recordaré todo lo vivido,
lo bello y lo triste.
Mansamente lo miraré todo desde mi pequeño lugar,
que quedará en las rocas y seré tristeza abrazándolas.
Volveré en la lágrima derramada por amor,
Seré la angustia en un corazón triste.
Seré el amor que desatan las olas en las almas felices
Y seré canto, brisa, sal que alimenta las almas
que contemplan el azul cielo.
Por eso quiero que mis cenizas duerman en el mar,
porque seré eterna viajera prendida en la espuma
y sabré que siempre me encontrarán en esa espuma.
Y sabré que siempre me encontrarán y los atraeré
como el canto de sirena
y estarán felices recordándome.
...................Elsa Neda Sánchez de Sanza.
Zárate, Provincia de Buenos Aires- Septiembre 21 de 2002-
“Tal como lo soñaste, estás en la espuma, en las olas, siendo parte
de ese juego interminable del mar, de besar una playa, una y mil
veces y otras tantas retirarse”, sus cenizas fueron esparcidas, por
sus familiares, en Playas Doradas durante Semana Santa del 2005.
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